Es inherente al ser humano el impulso de buscar la felicidad, el problema no reside en buscarla sino 1– en dónde la buscamos, 2- cómo creemos que la vamos a alcanzar, y 3- quién creemos que necesitamos ser o hacer para lograrlo.
Te has cuestionado alguna vez ¿Por qué nos cuesta tanto ser felices?
Porque somos prisioneros del entorno, de nuestras experiencias de vida y de la información sobre la que se formaron nuestras creencias, paradigmas (teorías que aceptamos sin cuestionar), en las que fuimos construyendo nuestra forma de pensar, los juicios que tenemos sobre nosotros, sobre el mundo y sobre los demás.
Nadie nos dijo 1- que nunca es lo que pasa, 2- ni lo que logramos o lo que hacemos el problema. Lo que nos impide ser felices es A- lo que pensamos, B- lo que creemos o suponemos de la felicidad, y esto es importante que lo identifiquemos. Las respuestas a estas preguntas son la estructura de una cárcel de la que muchas veces es muy complicado liberarnos, primero porque ni siquiera somos capaces de reconocer que estamos dentro de ella.
Te invito a que juntos en Cuestionando Creencias descubramos cuales son las suposiciones o hipótesis sobre todo aquello que se considera cierto, aunque aún no haya podido probarse, que revisemos cuáles son los pensamientos e ideas que como sociedad hemos aceptado como algo que no se puede cambiar y que ha sido algo sobre lo que hemos basado nuestra vida.
Cuando somos niños recibimos la información que nos dan como la verdad, como el camino que debe de ser, al que debemos de apegarnos, o lo que debemos de conseguir, y nunca nos damos cuenta de que probablemente estás creencias, premisas o suposiciones, muchas veces componen la cárcel más limitante que nos impide alcanzar nuestro verdadero estado de felicidad, de plenitud y nuestra expresión más autentica y creativa de nosotros mismos.
Liberación y Crecimiento
De Alex Rovira, aprendí el cómo podemos liberarnos de esta estructura de ideas, creencias y supuestos que aprendimos y adoptamos a lo largo de nuestra historia que hoy forman parte de la verdad en la que sostenemos quién somos, que necesitamos hacer o tener para ser felices, para sentirnos suficientes o valiosos.
Explica que la puerta de salida de esta cárcel de creencias, de limitaciones, definiciones y paradigmas es darnos cuenta de que, a través de las crisis, el dolor, la impotencia, el enojo, la tristeza o desilusión frente a las condiciones de la vida que no nos gustan, es la clara evidencia de que hay un sistema de pensamiento, una creencia o un supuesto, que no cuadra con el resultado que estamos viviendo. En última instancia asegura, nunca es lo que pasa, lo que logramos, ni lo que hacemos el problema, sino lo que pensamos, creemos y suponemos de ello.
Hace énfasis en que es importante que identifiquemos que dicha cárcel mental está construida de nuestras creencias, nuestras verdades, nuestros supuestos, y sobre todo nuestros miedos más profundos. Pero que más allá de ello, están la vida y nuestra alma a nuestro servicio poniendo una a una las oportunidades y puertas de salida en forma de eventos, personas, circunstancias o situaciones que bien las aprovechamos como una oportunidad de salida al cuestionarnos cuál es el aprendizaje que viene a mostrarnos o bien las utilizamos para seguir sintiéndonos víctima de nuestras circunstancias.
De esta manera, una vez que empiezas reconociendo que la cárcel que impide que llegues o que alcances tu mejor expresión es tu sistema de pensamientos y creencias el siguiente paso es que aprendas a observar cuál es el juicio, la conclusión y creencia que le atribuyes a los aspectos de tu experiencia de vida, y entiendas que hay una dimensión superior a tu pensamiento y tu razonamiento que va a ser la puerta de salida.
Nunca necesitamos que las circunstancias de nuestra vida sean de una forma específica, así como son, son perfectas y necesarias y tienen un propósito que es de amor. La liberación y el crecimiento sucederá al ir resignificando cada una de las experiencias de nuestra vida para abrir una puerta de creencias limitantes y entrar a un nuevo campo de experiencias e infinitas posibilidades.
Cada día la vida nos va a presentar oportunidades; recibiéndolas, resignificándolas y comprendiéndolas, abriremos una nueva puerta, hasta que finalmente habiendo vivido y asumido cada una de nuestras experiencias, un día nos encontraremos frente a la última puerta para finalmente trascender nuestra mente, y nos encontremos de vuelta en contacto con nuestro ser.
Frente a cada circunstancia de nuestra vida no nos quedemos con la primera experiencia. Cuestionemos el sentido, el significado, y la creencia que nuestro sistema de pensamiento le está dando. Cuestionemos y conozcamos nuestro sistema de creencias porque a través del cuestionamiento y la comprensión iremos encontrando la salida y la liberación de las limitaciones más grandes de nuestra mente e iremos regresando a nuestra esencia, a nosotros, a nuestro ser. Demos una vuelta en U y regresemos a nosotros mismos.
¿Te animas?
Carolina Alcázar